En mi travesía como madre, me encontré con una dolorosa realidad: apenas tenía fotografías con mis adorables hijas. Cada momento especial que compartíamos parecía esfumarse en el bullicio cotidiano, dejando solo recuerdos efímeros en mi mente. Fue entonces cuando comprendí la importancia de capturar esos momentos fugaces para preservarlos eternamente.
Esta revelación fue lo que me impulsó a dar un giro en mi vida y convertirme en fotógrafa de familias. Mi objetivo era simple pero poderoso: ayudar a otras familias a crear recuerdos tangibles de sus momentos más preciados juntos, para que pudieran atesorarlos por siempre. Desde entonces, he tenido el privilegio de documentar incontables momentos de amor, risas y conexión entre padres e hijos.
Para mí, estas fotografías no son simplemente imágenes; son pequeños tesoros que capturan la esencia misma de la vida familiar. Cada vez que veo a una familia contemplando con cariño sus fotos, sé que estoy cumpliendo mi propósito de ayudarles a crear recuerdos duraderos. Porque conozco el valor incalculable de tener esas memorias para siempre, y deseo compartir ese regalo con el mundo.
Únete a mí en este viaje de capturar momentos preciosos y preservarlos para la eternidad. Juntos, podemos crear recuerdos que perdurarán para siempre en los corazones y álbumes de nuestras familias.
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